Los cambios hormonales que conlleva la menopausia afectan también al cabello.

La caída de estrógenos influye en la densidad capilar. "Con la menopausia el cabello se afina mucho, y la pérdida de grosor es una de las cosas que más se notan", esto sucede por un adelgazamiento de la capas cuticulares que hace que las fibras capilares se vuelvan más delgadas y más propensas a quebrarse.

El cabello se vuelve áspero, poco manejable, se encrespa con facilidad. "A algunas mujeres les baja el rizo, mientras que a otras se les ondula, el caso es que te cambia".

El cabello contiene pigmentos de color, que desaparecen cuando los melanocitos dejan de producir melanina. El problema de las canas no es tenerlas, sino que el cabello se vuelve menos flexible, difícil de manejar y con poco brillo.

Pero no solo por envejecimiento podés tener cabello blanco, el estrés, la exposición al sol, la dieta y otros factores ambientales pueden influir en la aparición de canas.