Escape de automóviles y buses (benceno, tolueno, xileno).
Emisiones industriales.
Fugas de gas propano, queroseno o pinturas derivadas del petróleo.
Asfalto recién colocado.
Evitar zonas de tráfico pesado a pie.
Ventilar bien espacios recién pintados o asfaltados.
Usar purificadores de aire con filtros de carbón activado.
Apoyar el hígado con cardo mariano, diente de león y cúrcuma.
Exposición a sustancias sintéticas en productos cotidianos (plásticos, cosméticos, detergentes, pesticidas).
Cosméticos, perfumes, productos de aseo industrializados.
Aditivos en alimentos procesados (colorantes, conservantes).
Pesticidas en frutas/verduras no orgánicas.
Productos de limpieza convencionales.
Usar productos naturales o ecológicos para higiene y limpieza.
Consumir alimentos lo más orgánicos posible.
Desintoxicar el cuerpo con chlorella, cilantro, spirulina.
Practicar ayunos cortos supervisados (16-18 horas).
Exposición a emisiones ionizantes (rayos X, radón) y no ionizantes (Wi-Fi, celulares, microondas).
Radiografías médicas frecuentes.
Edificios mal ventilados donde puede acumularse gas radón.
Alta exposición a Wi-Fi, Bluetooth, 4G/5G, antenas.
Aparatos como microondas, routers, pantallas.
Minimizar exposición a radiografías innecesarias.
Medir presencia de radón si vives en zona de riesgo (hay kits caseros).
Apagar Wi-Fi y dispositivos inalámbricos al dormir.
Aumentar antioxidantes naturales: glutatión, vitamina E, resveratrol.
Acumulación de metales tóxicos como plomo, mercurio, cadmio, aluminio y arsénico en los tejidos.
Agua potable contaminada (tuberías antiguas)
Contaminación del aire (plomo de combustibles, polvo industrial)
Empastes dentales antiguos de amalgama (mercurio)
Alimentos enlatados, pescado de gran tamaño (atún, tiburón)
Perfumes. cosméticos y maquillaje
Beber agua filtrada o de fuentes seguras
Eliminar amalgamas dentales solo con protocolo seguro
Consumir agentes quelantes naturales: chlorella, cilantro, zeolita
Desintoxicación con vitamina C, glutatión y ácido alfa lipoico
Ventilar la casa al menos 20 minutos diarios.
Utilizar purificadores de aire o tener plantas descontaminantes (sansevieria, potus, aloe vera).
Eliminar o minimizar alfombras sintéticas, pinturas tóxicas y muebles barnizados nuevos.
Usar productos de limpieza ecológicos o caseros (vinagre, bicarbonato, aceites esenciales).
Nada enchufado cerca de la cama.
Cortinas de tela natural (algodón, lino) y mínimo uso de plásticos.
Dormir a oscuras totales (evitar contaminación lumínica).
Apagar Wi-Fi por la noche (ideal usar temporizador).
Usar modo avión al dormir.
Mantener el celular alejado de la cabeza y cuerpo cuando no esté en uso.
Evitar auriculares Bluetooth prolongados (usar air tube).
Usar conexiones por cable (Ethernet) en casa cuando sea posible.
Turmalina negra, shungita, cuarzo ahumado en casa o sobre el cuerpo.
Alfombra de grounding para trabajar descalzo.
Beber agua filtrada o de alta pureza (sin cloro ni metales pesados).
Incluir alimentos vivos: germinados, algas, jugos verdes.
Baños de sales de Epsom + bicarbonato (2–3 veces por semana).
Consumo periódico de agentes quelantes naturales (chlorella, cilantro, zeolita).
Vitamina C liposomal
Glutatión
Coenzima Q10
Ácido alfa lipoico
Diente de león, ortiga, cardo mariano en infusión o cápsulas.
Ensaladas amargas (rúcula, escarola) para estimular bilis.
Actividad física diaria para mover sistema linfático (caminar, saltar, yoga).
Respiraciones conscientes (pranayama) 5 minutos diarios.
Meditaciones de limpieza energética (visualizar luz purificadora).
Tiempo de calidad en la naturaleza al menos una vez por semana.
Evitar redes sociales antes de dormir.
Días de "desconexión digital" voluntaria cada semana.